Reconocen labor de ferrocarrilero de Puebla

Narciso Nava Martínez construyó 42 años de su vida entre rieles y vagos entre los cuales tuvo las mejores satisfacciones como pasear a destacadas personalidades al príncipe Carlos de Inglaterra, en su visita de 2022, así como, al presidente Miguel de la Madrid, entre otros.


Su historia fue reconocida por las autoridades por lo que plasmaron su imagen de ferrocarrilero en el billete de 100 pesos conmemorativo al Centenario de la Revolución, a bordo de su locomotora 279.


El fin de semana fue reconocido por su trayectoria en el Museo de los Ferrocarriles en donde se destacó su carrera, que inició en 1950 y que desarrolló como maquinista de caminos, como similar y fogonero.


Narciso siguió la tradición familiar cuando tenía 16 años, pues él sentía que traía en la sangre la herencia de su abuelo Pedro Martínez, el primer maquinista de caminos en México.


“Comencé a viajar desde similar, yo comencé aquí y por necesidades de servicio me mandaron a Cuautla, y regresé allá cuando de la gerencia me mandaron a llamar para que moviera un tren de turismo entre Cuautla y Yecapixtla”, contó.


En entrevista con Diario 24 Horas, El ferrocarrilero inició sus trayectos en el Sur de México, recorría Puebla, Veracruz, Oaxaca, Morelos y México, lo más lejos que llegó fue al estado de Querétaro.
Su vida está llena de vivencias, que aseveró que si las contaba podría platicar horas. Sin embargo, una de las que más gustó fue la historia de cuando permitió que una comisión de vendedores pudiera ofrecer sus productos a bordo de su locomotora.


“En las estaciones cuando manejé trenes de pasajeros me mandaron una comisión de vendedores que, si no les daba 5 minutos para vender en mi tren, vendían enchiladas, hasta un libro escribí, de lo que se hacía en un viaje de Puebla a Veracruz”, relató.


Afirmó, que en los viajes de segunda había jiribilla, folclore y ambiente, mientras que cuando le tocaba llevar los de primera clase, eran más serios, pues había personas adineradas, que sentían que eran dueños del tren.


“Eso era lo bonito de esos trenes, como dicen, los ricos nada más muy acá, pero ya en los de primera y segunda ya venía gente normal, no presumida, porque decían que ellos alquilaban medio tren, que traían una recámara completita con agua caliente, que se mandaba de la máquina hasta los carros”, relató.


A sus 90 años, Narciso aún no deja del todo su vida ferroviaria y ha luchado por incidir en el Museo del Ferrocarril, además de que fundó el Club Unidad Amistad Fraternidad de Ferrocarriles.

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