La autopista Puebla-Orizaba podría reabrirse hasta en dos a tres semanas luego de que se haya registrado un deslave de un talud, que se registró el 26 de octubre.
El secretario de gobernación Javier Aquino Limón explicó que está en comunicación con autoridades federales debido a que las maniobras de retiro han sido muy complejas.
“Es un trabajo muy complejo, nos hablan de varios días que se va a requerir el manejo de tierra, el año pasado la Secretaría de Infraestructura intervino el tramo de Las Carretas para desfogue de vehículos particulares”, explicó.
Argumentó que desde municipios como Esperanza están apoyando para la movilización de la zona, sin embargo, las unidades de transporte deben circular por otras vías alternas.
Carlos Julián Sosa Spínola, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación en Puebla argumentó que el derrumbe de más de 40 metros es complicado de resolver, por ser una zona inestable.
Afirmó que en Puebla no tienen contabilizadas afectaciones económicas por el cierre vial luego de que haya rutas alternas, que han permitido que fluya la circulación.
Sin embargo, argumentó que en Veracruz han tenido retraso con sus suministros.
“Ellos han tenido que ocupar vías alternas que han retrasado la llegada del suministro, pero la buena noticia es que existen rutas alternas habilitadas. El derrumbe está afectando Veracruz- Puebla.”, puntualizó.
A pesar de ello, reconoció que es diferente un cierre vial por un problema natural, a comparación de cierres que genera la gente por inconformidades y manifestaciones y que les genera afectaciones económicas.
“Es un derrumbe muy atípico, pero nos gustaría que se resolviera a la brevedad”, pidió.