Estamos a unas semanas de que el mandato de Olga Romero Garci-Crespo en Morena y el de Augusta Diaz de Rivera en Acción Nacional lleguen a su fin. Ambas tuvieron la gran oportunidad de dirigir a las dos partidos políticos más importantes e influyentes del Estado en los últimos años.


Olga Romero llegó bajo la protección del exgobernador Miguel Barbosa. Augusta Diaz de Rivera, llegó bajo la protección de Eduardo Rivera Pérez y el Yunque.

Aunque ambas mujeres presidieron dos partidos políticos con corrientes ideológicas muy distintas, Olga y Augusta tuvieron muchas cosas en común durante sus gestiones.


La primera y la más cuestionable de las coincidencias entre ambas, es que no les permitieron gestionar un buen protagónico político en estos años.


Ni Olga ni Augusta lograron una agenda propia, ni tampoco iniciativas distintas que les permitiera tener el foco mediático a su favor. Olga tenía la enorme sombra de él exgobernador y Augusta siempre se perdió entre los escándalos de Eduardo Rivera y la presión de Marcos Castro.


Otro aspecto en común entre Olga y Augusta es el poco o nulo apoyo que le dieron sus gestiones a las mujeres para poder destacar en las pasadas elecciones. Si no es por la Ley de paridad, ambas presidentas hubieran permitido que los varones acapararan las mejores candidaturas.


Tanto la líder morenista como la líder panista, se quedaron a media tabla. Su oportunidad para que las mujeres destacarán en el mundo político, la echaron a perder. Olga y Augusta nos dieron presidencias grises. Ocuparon un puesto gracias al patriarcado y cuidaron los intereses de quienes las llevaron a esa posición.


Sería impreciso decir que el arrollador triunfo de morena en Puebla se debió a la gestión de Olga Romero Garci-Crespo. Ni en la Gubernatura, ni en la Presidencia de la capital incidió de manera directa la presidenta de Morena, su labor fue desde la barrera.


Por otro lado, Augusta sí es responsable de la debacle del PAN, pues la marca que recibió después de la muerte de los MorenoValle, fue una marca que competía y que en tres años se devaluó hasta llegar al riesgo de dejar de existir.


Todo indica que, en ambos partidos, las sucederán dos varones y desafortunadamente sus gestiones quedarán en el olvido. De manera personal (y como mujer) me deja un mal sabor de boca, ver como Olga y Augusta nunca tuvieron la sororidad de empoderar a otras mujeres para ser opción en esta próxima renovación. Ambas tuvieron la gran oportunidad de trascender y hacer mucho más, pero debieron conformarse con los premios de consolación. Veremos qué sucede con la gestión y liderazgo que recién inicia Fedrha Suriano Corrales al frente de Movimiento Ciudadano. @NoticiasVicky

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *