El próximo 16 de noviembre se llevará a cabo la asamblea en la que el Consejo Estatal de Morena en Puebla, sesionará para elegir a su próximo dirigente Estatal. Sin embargo, el camino a la renovación se ha puesto un poco complicado, pues hasta ahora ningún perfil se ha podido consolidar como absoluto favorito.
Quien más se acercó al trono fue el Diputado Pavel Gaspar, el morenista que durante varios días recibió el apoyo mediático de distintos actores políticos, pero la convocatoria oficial exige que sólo los consejeros Estatales pueden postularse para este cargo, por lo que Pavel quedaría descartado para ocupar el cargo de Olga Romero Garci-Crespo.
Aquí vale la pena precisar un detalle, a pesar de que la convocatoria en Morena es muy clara pero en la política de nuestro país todo puede suceder, voces al interior del partido obradorista aseguran que de último minuto Pavel puede ser elegido como Consejero Estatal, lo que le permitiría ser votado y elegido como el nuevo Dirigente del partido más poderoso en Puebla.
Desafortunadamente -hasta ahora-ningún perfil femenino destaca para contender por la Dirigencia Estatal de Morena, los perfiles más fuertes como Claudia Rivera Vivanco y la misma Olga Romero, se han hecho a un lado para cederle el trono nuevamente a un varón.
Cabe mencionar que para ser dirigente Estatal de Morena debes pasar dos filtros: el visto bueno del Comité Ejecutivo Nacional y la aprobación del nuevo Gobernador Electo, Alejandro Armenta. La silla de la Presidencia Estatal de Morena es un lugar que no está hecho para los rebeldes, ni para quienes cuestionan todo. La principal cualidad es la obediencia y la segunda la lealtad.
La actualidad política de nuestro país a degradado la figura de los presidentes de partidos, (de todos los colores) quienes dicho sea de paso se han convertido en espectadores y burócratas que obedecen instrucciones provenientes de la cúpula. Ser presidente del partido más poderoso, no te vuelve poderoso. Ser dirigente del Instituto político más influyente, no te vuelve influyente. Ser líder de morena, no te vuelve obradorista y estar en el trono no te vuelve Rey. ¿O sí?