El conflicto en Ucrania escala a nivel global tras el intercambio de ataques entre Moscú y Kiev. Vladimir Putin, presidente de Rusia, advirtió que podría atacar instalaciones militares en países que suministren armas a Ucrania. Las palabras de Putin llegaron después de que Ucrania empleara misiles ATACMS estadounidenses y Storm Shadow británicos en ataques contra objetivos rusos. Rusia respondió disparando un misil hipersónico contra un complejo en Dnipró.
Putin calificó su respuesta como legítima, mientras que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, la describió como un acto de un “vecino enloquecido”. Zelenski pidió una respuesta internacional más fuerte. Sin embargo, tanto la OTAN como la Unión Europea minimizaron el impacto del nuevo misil ruso. Ambos aseguraron que no alterará el curso de la guerra ni la voluntad de los aliados de apoyar a Ucrania.
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El uso de misiles ATACMS y Storm Shadow marca un cambio estratégico en el conflicto. Estas armas de largo alcance permiten a Ucrania atacar infraestructuras clave en territorio ruso, algo que antes se consideraba una línea roja. El Kremlin también anunció que advirtió a EE. UU. sobre el lanzamiento del misil hipersónico, aunque esto no calmó las críticas internacionales.
Este acto ocurre en un contexto de máxima tensión entre Moscú y Occidente. Además, podría haber un cambio significativo en la política estadounidense con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero, lo que añade incertidumbre al futuro del conflicto.