Las tasas de aprobación de solicitudes de asilo en Estados Unidos han experimentado una caída significativa, alcanzando su nivel más bajo en tres años. En octubre de 2024, la tasa de aceptación se situó en 35.8 por ciento, según datos del Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC) de la Universidad de Syracuse.
Este desplome refleja los ajustes en las políticas migratorias implementadas por Joe Biden, a la vez que se anticipan cambios aún más estrictos con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. A pesar de la caída generalizada, las solicitudes provenientes de Europa del Este y Asia siguen siendo las que presentan las tasas de aceptación más altas.
Por ejemplo, los migrantes rusos tienen una tasa de aprobación del 85.4 por ciento, mientras que los solicitantes chinos alcanzan un 76.6 por ciento. Sin embargo, los inmigrantes de Latinoamérica enfrentan tasas considerablemente más bajas, como los mexicanos (16.6 por ciento) y los de República Dominicana (11.1 por ciento).
Esta disparidad se debe a varios factores, entre ellos los llamados “expedientes cohete” (rocket docket), que priorizan casos con evidencias claras de persecución, como las guerras en Europa y Oriente Medio. Por el contrario, los solicitantes latinoamericanos enfrentan casos más complejos relacionados con violencia de pandillas y persecuciones políticas.
En 2024, los tribunales de inmigración de EE. UU. emitieron un récord de 900,000 resoluciones, lo que representa un aumento considerable respecto al año anterior. Sin embargo, esta cifra no se traduce en más aprobaciones de asilo, especialmente para los migrantes de Latinoamérica.
El sistema judicial enfrenta una sobrecarga sin precedentes, lo que prolonga la espera de muchos solicitantes y dificulta la aprobación de casos que no encajan en las categorías claras de persecución. Con el Congreso de EE. UU. preparando nuevas regulaciones para 2025, la incertidumbre sobre el futuro de la política de asilo continúa.