Para Construir grandes organizaciones primero hay que construir grandes personas
El viernes pasado Beatriz Camacho Ruíz tomó protesta como la primera mujer Presidente de COPARMEX en Puebla tras 90 años de existencia. Éste simple hecho no sólo es para resaltar que una mujer tomará las riendas del sindicato patronal más importante de la República Mexicana a nivel local; sino para honrar la trayectoria de una mujer, que desafió el ecosistema emprendedor, político y social para convertirse en una empresaria líder que represente los intereses productivos de Puebla.
Seguramente Bety tuvo que atravesar montañas culturales e ideológicas a lo largo de éstos años. ¿Cuánto estómago, cuánta prudencia, cuantas veces sonreír aunque llore uno en el alma?
Lo que sí le puedo decir a Bety Camacho es que no está sola. Un servidor junto con otros 100 consejeros talentosos y éticos que tomamos protesta el pasado viernes acompañaremos éste liderazgo, conscientes de que no llegamos a la cima de la montaña, sino que a penas vislumbramos la segunda, la tercera y la cuarta montaña.
¿A qué montañas me refiero
• A la montaña del utilitarismo
• A la crisis educativa
• A la crisis de valores
• A la crisis de liderazgos éticos
• A la crisis del medio ambiental
• A la crisis de carácter cultural
Desafortunadamente en México, y Puebla no es la excepción, algunos liderazgos han utilizados los organismos y las cámaras empresariales como plataformas personales y no para representar un sector de la industria o gremio.
Para esto, COPARMEX Puebla en los siguientes años, según mi punto de vista, no tiene que ser no una voz solitaria que clama y reclama en el desierto una única doctrina; sino que desde sus principios y convicciones plasmados en sus estatutos debe ser un facilitador en una conversación tripartita donde el tema central es cómo generar más riqueza para distribuirla mejor no dejando fuera de la ecuación a nadie y poniendo la persona al centro.
COPARMEX tiene que liderar la conversación entre el gobierno, los trabajadores y los patrones. Debe conservar el fondo y ser disruptivo e incluyente en las formas.
El tema de conversación: La empresa como generadora de riqueza , bienestar y estabilidad social. El salario mínimo no es tema ya; el empresario generoso y abundante habla del salario máximo posible que se le puede dar a un colaborador.
El empresario, y más aún el socio COPARMEX, debe dejar de ser un “charlista de café” que sólo cambia a México desde el “Pent House” de la clase social. Debe dejar de ser el que crítica todo y se siente héroe por generar empleos y pagar IMSS desde su carrito de golf. Debe dejar de ser un ser que se mimetiza con el poder entrante para conveniencia personal. El empresario debe dejar de ser…(cada quién haga su lista)
El empresario, y más aún el socio COPARMEX, debe ejercer un liderazgo con valores entendiendo que dentro de la ecuación de su empresa la constante más importante se llama COLABORADOR.
Debe ser consciente de que para construir grandes organizaciones, primero hay que construir grandes personas, debe ser consciente de que las personas fuimos creadas para ser amadas y las cosas para ser usadas, que el problema de México y del mundo es que cada vez amamos más las cosas y utilizamos más a las personas.
Ortega y Gasset decía:
“Yo soy yo y mis circunstancias, si no salvo mis circunstancias tampoco me salvo yo” El medio ambiente no es un recurso, es nuestra casa, es el planeta, es el punto azul en la arena cósmica del universo y el único lugar al que llamamos hogar, donde podemos habitar y plantearnos el dilema de la felicidad. Y si de verdad nos preciamos de ser la especie más inteligente sobre la faz de la tierra, no debemos tratarlo como recurso. Como si el planeta tierra fuera un baúl de recursos inagotables que puedo explotar a capricho sin ninguna consecuencia.
El mensaje de Bety y COPARMEX este trienio es esperanzador porque pone al centro del debate no sólo la rentabilidad económica de las empresas, sino la prosperidad compartida, no el pone al centro del debate al pueblo bueno y sabio, ni al empresario arrogante e insensible, sino a la persona humana, dotada de dignidad, sueños, amor a México y esperanza. No pone en la conversación el desarrollo de un grupito de amigos favorecidos por gobiernos, sino un desarrollo inclusivo.
Siempre he dicho que detrás de cualquier problema hay una conversación pendiente. Los empresarios tenemos mucho, pero mucho de qué conversar.
GESTIONAR EMPRESAS no es otra cosa que alinear voluntades y alinear miradas. El desarrollo inclusivo no se logrará con líderes arrogantes y gobiernos sectarios, sino desde un liderazgo con principios claros y mirada fresca.