PABLO RUIZ

Los automovilistas y cualquier propietario de vehículos motores con uso de gasolina, todos los días están a la caza de las gasolineras que expenden el combustible a menor precio.

Se quedaron esperando en la fila de acceso a las gasolineras se cumpliera la promesa populista de Andrés Manuel López Obrador de fijar el precio de $10.00 el litro; dejó el cargo e incumplió.

Todos los días los consumidores buscan las gasolinas menos caras en trayectos a su casa, en sus colonias o por tips de otros, pero el cargar el tanque lleno o menos, no siempre es garantía de “buena” gasolina.

En medio de esta triste realidad, en plena “cuesta de enero” -y ya es febrero- la presidenta Claudia Sheinbaum negocia con los gasolineros fijar en $24.00 el precio del litro de la gasolina, negociar es distinto a decretar a favor de la población, como debería ser en la 4T.2.

Mientras eso sucede, lo mismo en las estaciones de Pemex que otras franquicias, ningún consumidor tiene certeza del origen y calidad de las gasolinas y diesel.

Más de un caso han reportado los propietarios de automotores daños a sus vehículos por la presencia de otros componentes químicos en las gasolinas, o por la presunta presencia de “agua” para diluirlas.

La gran mayoría de consumidores compra el litro de gasolina menos cara, con la pregunta -hasta en broma- “si es gasolina de la buena o es de los huachicoleros”.

No será que Sheinbaum Pardo debería negociar el precio del litro de las gasolinas con los huachicoleros del crimen organizado que comercializan lo robado a Pemex con los gasolineros del país. 

Si hay en Puebla y en el resto de estados “empresarios gasolineros exitosos”, esos son los huachicoleros, como facción de la delincuencia organizada diversificada, en la división “huachicol”, similar al modelo de negocios del holding empresarial.

Es tal su capacidad de robo a través de tomas clandestinas, robo de tráileres y sustracción de los depósitos de Petróleos Mexicanos, que son los principales comercializadores de combustible en las franquicias de bombas despachadoras y exportan a la Unión Americana.

Con un negocio jugoso, como lo es en Puebla las actividades impunes de los huachicoleros, le da al crimen organizado para financiar hasta campañas electorales. 

Uno de esos ejemplos es la elección de gobernador en Tamaulipas con el morenista Américo Villarreal, de la mano de Mario Delgado, líder nacional de Morena y actual titular de la SEP federal, en asociación con el “Rey del Huachicol”, Sergio Carmona.

López Obrador le vendió el cuento al país de que había acabado con el robo de la gasolina y terminado con los huachicoleros, pues resulta que esos delitos nunca fueron atacados, y hoy son los “reyes” en la venta de los combustibles.

El presidente del régimen de la 4T mintió, y siguió mintiendo, con el apoyo popular en las urnas, gracias a dádivas de los programas sociales con el dinero de los contribuyentes.

Sigue mintiendo el presidente López Obrador en el séptimo año de su mandato porque nunca fijó el litro de la gasolina a $10.00; no atacó ni erradicó a los huachicoleros, y la producción patriotera de gasolina en la costosa refinería de Dos Bocas nunca ocurrió.

En el continuismo de la 4T.2 de Claudia Sheinbaum, no solo se somete a los caprichos intervencionistas de Trump al cederle 10 mil militares a la frontera norte y recibir a marines estadounidenses de élite, ahora negocia con gasolineros y huachicoleros el litro a $24.00.

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