Diálogos en el infierno

Por José Zenteno

Estar en los zapatos de la presidenta Claudia Sheinbaum no ha de ser fácil. Tener enfrente a un troglodita populista como Donald Trump representa un gran reto para cualquier presidente mexicano. Sin embargo, no todo es malo para México ni para el gobierno mexicano, incluso hasta hay oportunidades.

Lo visto en las últimas horas tuvo efectos en los mercados financieros, en las industrias y en millones de familias, con una pausa que posterga por 30 días una catástrofe económica. Lo que nos preguntamos es si verdaderamente esos aranceles anunciados estaban destinados a gravar los productos mexicanos o solamente a obligar a nuestro gobierno a ceder en ciertas concesiones como las anunciadas ayer por la presidenta.

Tengo la sensación de que todo es una puesta en escena para mandar mensajes a las bases políticas de los respectivos presidentes. Una táctica que deja contentos a los simpatizantes de uno y otro lado de la frontera. El americano promedio se ve representado y defendido por su gobierno con amagues propios del compañero más grande del salón, mientras que el mexicano siente que esquivó el ataque al enfrentar al grandulón con valor nacionalista y agilidad de cintura. Un buen negocio político para ambos mandatarios.

Lo anterior no quiere decir que el guion estaba escrito y acordado de antemano, sino que el desenlace era lógico por la naturaleza del juego.

Si Estados Unidos aplica esos aranceles a los productos mexicanos las consecuencias también se van a sentir en la economía norteamericana. La escasez o el incremento en los costos por los impuestos elevaría los precios de los productos de origen mexicano en Estados Unidos, muchos de los cuales son de primera necesidad como las frutas y las legumbres. Las consecuencias también impactarían a las familias norteamericanas en donde más les duele: el bolsillo.

¿Cuánto tardaría en afectar la popularidad de Trump un incremento en los precios de aquel lado de la frontera? ¿Cuánto tardarían los diputados y senadores republicanos en reaccionar ante los reclamos de sus representados? ¿Cuánto se afectaría la producción industrial norteamericana que depende de proveedores mexicanos? Son preguntas que implican a la base social, a la base política y a la base económica del poder de Donald Trump. Si nosotros lo sabemos, él también.

A pesar de que “no hay borracho que coma lumbre”, no queda otra opción que aguantar los desplantes y jugar el juego que nos impone, a sabiendas de que por este lado también hay beneficios a la vista. Y hay que reconocerlo, la presidenta Sheinbaum ha sabido ganar su parte.

En esta puesta en escena surgen oportunidades. Nuestro gobierno estará obligado a aceptar nuevas condiciones en la cooperación con Estados Unidos para acabar con la producción de fentanilo en territorio mexicano. Ello puede incluir la aceptación tácita de fuerzas militares norteamericanas en los límites del territorio nacional como ocurrió con el avión de la fuerza aérea estadounidense que sobrevoló muy cerca de las costas de Sinaloa.

Si los criminales se ven forzados a dejar el lucrativo negocio del fentanilo cambiarán de actividad delictiva y eso podría afectar a la sociedad mexicana. Por lo tanto, nuestro gobierno estará obligado no solo a combatir la producción de fentanilo sino a acabar con las redes del crimen organizado. Ya veremos si eso le interesa a la presidenta.

Seguramente en la renegociación del acuerdo comercial habrá otras oportunidades como la apertura del sector energético a la inversión privada. Sin ese componente no se alcanzará la meta establecida en el Plan México de ser la décima economía mundial al final del actual sexenio. Resulta conveniente por donde se vea.

Otra oportunidad vendrá con la necesidad de contar con un Poder Judicial independiente y profesional que brinde certeza a la inversión privada de que en México prevalecerá el Estado de Derecho y no el derecho del Estado.

Si los amagos del nuevo inquilino de la Casa Blanca sirven para tener un país libre de delincuencia organizada, con un sector energético que crece y enfatiza en fuentes renovables, y un sistema judicial independiente, el país habrá ganado mucho, muchísimo. Entonces hasta podríamos agradecer el teatro del Trump populista.

Twitter X: @PepeZd   Instagram: @pepezentenod               Facebook: @PepeZenteno

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *