PABLO RUIZ

En la emisión matutina radiofónica de noticiarios, mediante llamadas telefónicas y mensajes en redes sociales, la audiencia rechaza el servicio de parquímetros rotativos en Puebla capital.

La oposición a este sistema de aparcamiento en la vía pública es creciente porque se ha extendido mediante la colocación de lonas y mantas con la leyenda “José Chedraui, escúchanos: No al estacionamiento rotativo en Puebla capital”.

Sin duda el proyecto de movilidad del gobierno morenista que involucra a una veintena de colonias y barrios -en una primera etapa- tiene dos dificultades, técnicas y políticas.

Tradicionalmente los secretarios de los ayuntamientos y el respectivo de Gobernación municipal realizan intensas labores de cabildeo y consulta con los ciudadanos para implementar acciones.

Se puede asumir que el perfil “humanista” de los gobiernos -de los tres órdenes- de la Cuarta Transformación le obliga a mostrar una mayor sensibilidad para consultar al “pueblo bueno”.

Por su perfil como Gobierno y partido de “izquierda democrático” -Morena- su fuerte es la interlocución con los gobernados para implementar medidas como los parquímetros, pero no ocurrió así.

El llamado “parlamento abierto”, por lo menos para cubrir los requisitos por las asambleas populares como el Cabildo poblano, en esta ocasión, con el oficialismo de la 4T.2, ni por asomo.

En campañas electorales los candidatos de Morena y partidos aliados aseguraron que no eran como los gobiernos del “PRIAN” y que ellos sí representan al pueblo, no como los que privatizaron el sistema de agua y drenaje del Soapap, pero repitieron la misma fórmula con los parquímetros.

Los habitantes en esta veintena de colonias y barrios en la ciudad de Puebla reclaman al gobierno municipal de José “Pepe” Chedraui Budib no haberlos consultado.

En lo técnico, el sistema de parquímetros rotativos afecta a familias, comercios, a diferentes giros de negocios, instituciones educativas y hospitales, lo que afecta la vida cotidiana.

Mientras el comercio informal es tolerado y alimentado por el gobierno municipal para invadir la vía pública en el Centro Histórico y en el primer cuadro de la ciudad, a cambio de pago de cuotas de mafiosos líderes de ambulantes y a inspectores de Gobernación, a la población se la aplican. 

El comercio informal opera con toda tolerancia e impunidad, y se protege a franeleros que se apropian de la vía pública con cubetas y cualquier objeto, pero a la población le imponen el sistema rotativo de parquímetros, recaudatorio y de beneficio a la empresa concesionaria.

De esta manera el gobierno municipal morenista de la 4T.2 limita el estacionamiento en las calles a solo tres horas, y después de ese periodo deberán pagar un espacio privado, sin considerar los horarios de las jornadas de trabajo, las visitas familiares, y quienes acuden a escuelas u hospitales.

Lamentablemente, por falta de sensibilidad social y con la postura obcecada de beneficiar a particulares, el gobierno de la ciudad capital entra un proceso de descrédito, desgaste y pérdida de respaldo de la población, porque ese no fue el ofrecimiento de un gobierno “imparable” 4T.2.

El ayuntamiento poblano le dio prioridad a la definición de polígonos en donde habrá parquímetros rotativos, pero omitió -voluntariamente o no- la operación política a favor de una proyectos de movilidad de la ciudad, con el consenso y respaldo de los habitantes involucrados y los usuarios del servicio.

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