A un mes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, los trabajadores mexicanos en Estados Unidos viven con miedo e incertidumbre, ante las amenazas de una deportación masiva y redadas policiacas en su contra.
Así lo afirmó el activista por los derechos de los migrantes, Carlos Orea Alonso, quien aseguró que, aunque reconocen que se trata de un tema mediático y que al mandatario estadounidense le gustan los reflectores, temen que pueda emprender más acciones represivas, hasta expulsarlos del país a sus comunidades en México.
“Él, como un experto de manejar a los medios, es un hombre de espectáculos, siempre ha estado en el tema mediático, sigue amenazando y más que nada, es un terrorismo mediático para que nuestros paisanos opten para regresar por su cuenta”, aseguró el extitular de la Casa del Migrante Poblano en Los Ángeles.
No obstante, Orea Alonso destacó que “las amenazas de deportación masiva implican un presupuesto de miles de millones de dólares” con los cuales no cuenta el Gobierno norteamericano, aunque Donald Trump “sí sabe manejar muy bien, las redes sociales y los medios”, aseguró.
En entrevista para 24 HORAS, acusó que las autoridades migratorias intensificaron las redadas en áreas de las ciudades de Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Houston, Miami, a la par de las políticas racistas en contra de los trabajadores extranjeros.
El promotor del refugio para poblanos deportados en la capital del estado, subrayó que, pese a sus advertencias, Trump no deportó a tantos migrantes durante su anterior administración, como lo hizo el expresidente Joe Biden.
“Está cumpliendo sus amenazas, pero si vamos al conteo o las estadísticas, o sí vamos a la historia, el presidente Barack Obama y Joe Biden han deportado más paisanos mexicanos y poblanos”, puntualizó.
A fin de protegerlos, las organizaciones defensoras de los connacionales les recomiendan que, sí son arrestados, guarden silencio, que no den datos y detalles que los puedan comprometer o que no mientan en una declaración, para que no les afecte en su proceso, aseguró Orea Alonso.
Mientras tanto en Puebla, se están realizando las acciones necesarias para que en dos meses máximo esté operando el albergue ubicado en la avenida Juárez, que actualmente se habilita con apoyo de asociaciones civiles.
Los trabajos de recuperación del inmueble iniciaron justo el pasado 20 de enero, cuando Donald Trump tomó posesión de su segundo mandato presidencial.
“Es un proyecto sin fines de lucro, donde algunos empresarios ya se comprometieron a mandar algunos colchones, literas, entre otras, pero por la situación de la casona, que estuvo abandonada, hemos tardado en rehabilitarla”, reconoció.