El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que revocará las concesiones otorgadas por su predecesor, Joe Biden, el 26 de noviembre de 2022, que permitían a la petrolera Chevron operar en Venezuela.
En su publicación en Truth Social, Trump explicó que este “acuerdo de transacción petrolera” está vinculado a las condiciones electorales en Venezuela, las cuales, según el mandatario estadounidense, “no están cumplidas por el régimen de Maduro”.
Washington no reconoce la reelección de Nicolás Maduro para un tercer mandato (2025-2031), y en su lugar, apoya al exiliado Edmundo González Urrutia, quien reivindica la victoria en las elecciones presidenciales de julio pasado. González Urrutia asistió a la investidura de Trump el 20 de enero. Además, Trump ha criticado al gobierno de Maduro por no cumplir con el acuerdo de recoger migrantes venezolanos en situación irregular.
La reacción de Venezuela no se hizo esperar. La vicepresidenta y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, rechazó categóricamente la decisión de Trump, calificándola de “lesiva e inexplicable”. En su declaración, Rodríguez también se refirió a González Urrutia y María Corina Machado, quienes viven en la clandestinidad. Machado, una líder de la oposición, tiene previsto participar en un podcast con Donald Trump Jr., hijo del presidente estadounidense.
El economista venezolano Asdrúbal Oliveros explicó que la revocatoria de licencias tendría un impacto macroeconómico importante, afectando el flujo de ingresos y, en consecuencia, deteriorando el tipo de cambio y aumentando la inflación.
Sin embargo, el director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker en la Universidad de Rice, Francisco Monaldi, sugiere que esta medida podría ser una estrategia de presión. Monaldi opina que Trump podría utilizar esta medida para forzar a Maduro a ceder en temas clave.
Finalmente, el académico Leonardo Vera considera que la decisión podría ser una amenaza que, eventualmente, puede ser contenida.