Nada personal
Pablo Ruiz Meza
El paro estudiantil en BUAP entró a su cuarta semana, y todo indica habrá una quinta en la recta final en el “toma y daca” entre alumnos, la Rectoría y Consejo Universitario.
El gobierno colegiado de la máxima casa de estudios tomó la mejor decisión al sostener la rectora Lilia Cedillo Ramírez la postura firme de agotar el diálogo para atender las demandas estudiantiles.
El espíritu democrático de los consejeros universitarios -alumnos, maestros, directores y trabajadores- desechó la propuesta polarizante de la encuesta virtual para regresar a las aulas.
Entre que los estudiantes paristas estuvieron muy desorganizados y las autoridades universitarias reaccionaron con lentitud y falta de empatía, el paro se prolongó de manera innecesaria.
Para fortuna de los 130 mil estudiantes y la sociedad poblana, estudiantes paristas y autoridades dieron cause a las negociaciones con la entrega a la rectora del pliego petitorio general.
Por supuesto que fue trascendente para el diálogo que la académica Cedillo Ramírez acudiera a la puerta 3 de Ciudad Universitaria al frente de la Comisión Institucional a recibir las 24 demandas generales de la comunidad estudiantil.
Entre los 24 puntos de las demandas generales del pliego petitorio, tienen solución inmediata para su implementación porque forma parte de las obligaciones primarias de las autoridades universitarias centrales y de las respectivas unidades académicas.
Las demandas de respuesta inmediata, es como exigirle a un ayuntamiento repare alumbrado público, recolecte la basura, garantice vigilancia policial, etcétera, cuando es su obligación básica, pero omitirlas es resultado de la negligencia, ineptitud u omisión.
Mejorar infraestructura en espacios en aulas, mayor cobertura y eficiencia del STU, extensión lobo-bicis, vigilancia de DASU con respeto a derechos, más luminarias, comedores con menú nutritivo y baratos, baños limpios, atención a las denuncias de acoso, abuso y hostigamiento, incrementar el número de psicólogos, médicos y nutriólogos en cada unidad académica…
Empero las demandas estudiantiles que complicarán la solución al conflicto es lo relacionando a la elección de consejeros y autoridades, a la democracia universitaria, modelo académico, admisión de maestros y contra nepotismo, que obliga a una nueva reformar la Ley Orgánica de la BUAP.
En pleno régimen cuatrotero de presunta “izquierda” -inexistente en Puebla- reivindican el proyecto educativo de izquierda de una universidad crítica, democrática y popular; la no reelección en Consejos de Unidad Académica (CUA) y del Consejo Universitario.
Demandan eliminar el voto ponderado y piden el sufragio universal, directo y secreto en todas las elecciones universitarias (consejeros alumnos y maestros, directores de unidad y rector), sin candidaturas únicas.
Exigen la unidad de transparencia de las finanzas y licitaciones de obras y contratos, acabar con el nepotismo en niveles académicos y administrativos; criterios de contratación, promoción y asignación de maestros para evitar favoritismo.
Este último bloque del pliego petitorio es una definición del tipo de gobierno y modelo académico quieren para la universidad, o que implica la disyuntiva: acepta el Consejo Universitario con una nueva reforma a la Ley Orgánica de la BUAP -para levantar el paro-, o lo definirán los universitarios en la elección de rector en el verano próximo.
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