Nuuk cierra sus colegios electorales en una jornada histórica para Groenlandia. Los ciudadanos eligieron a los 31 miembros del Parlamento local, el Inatsisartut, marcando un momento decisivo en la historia política de la región.
La participación fue masiva, reflejando el interés por el futuro político de Groenlandia. Este territorio autónomo de Dinamarca debate entre la independencia total o continuar bajo las presiones internacionales, como las del presidente Donald Trump.
El proceso electoral se completó, pero la certificación de los resultados podría demorar semanas. Esto se debe a la recolección de votos en asentamientos remotos, lo que complica el conteo. Los resultados de las elecciones determinarán la dirección del gobierno en una región de 56 mil habitantes.
Groenlandia ha avanzado hacia una mayor autonomía desde 2009, pero la independencia total sigue siendo un objetivo a largo plazo. Inuit Ataqatigiit (IA) y Naleraq son los principales partidos, ambos apoyan la independencia, pero difieren en la estrategia. Naleraq aboga por una ruptura inmediata con Dinamarca, mientras que IA condiciona la independencia a la viabilidad económica.
La economía de Groenlandia depende principalmente de la pesca y una subvención anual de 530 millones de euros de Dinamarca. Además, los recursos minerales, como los minerales de tierras raras, atraen la atención internacional. El desarrollo de la minería es clave para lograr una autosuficiencia económica.
La figura de Trump añade una capa de tensión. Su propuesta en 2019 de "adquirir" Groenlandia fue vista como una amenaza. La reciente promesa de "seguridad y prosperidad" reforzó el rechazo de la población. Un sondeo de enero reveló que el 85% de los groenlandeses se opone a cualquier integración a Estados Unidos.
La alta participación extendió el horario de votación en Nuuk. Más allá de la cuestión independentista, los votantes priorizaron temas como sanidad, educación y la relación con Dinamarca, que aún controla la diplomacia, la defensa y la moneda.