El neozelandés Liam Lawson, quien ocupa temporalmente el asiento de Sergio Pérez en Red Bull Racing, está bajo la lupa tras dos carreras desastrosas en la Fórmula 1. A pesar de sus declaraciones iniciales de que podía superar al mexicano, su rendimiento ha sido calificado como “desastroso” por la prensa internacional.
En el Gran Premio de Australia, Lawson no logró superar la fase de clasificación y abandonó la carrera tras chocar contra un muro. En China, la historia no fue diferente: terminó en el puesto 15, sumando otro fin de semana sin puntos para el equipo.
Errores recurrentes y falta de adaptación
El piloto ha cometido errores graves, como salidas de pista, impactos contra barreras y fallos en las Flying Laps. Además, ha mostrado una clara incomprensión del RB21, el auto de Red Bull, lo que ha generado dudas sobre su capacidad para competir al más alto nivel.
Red Bull en alerta: ¿Cambio de piloto?
Aunque la temporada acaba de comenzar, el desempeño de Lawson ya ha encendido las alarmas en Red Bull. Fuentes internas sugieren que el Gran Premio de Japón podría ser su última oportunidad. Si no mejora, el japonés Yuki Tsunoda podría tomar su lugar.
Polémicas y declaraciones que lo condenan
Lawson no solo enfrenta críticas por su rendimiento, sino también por sus declaraciones polémicas. El año pasado, en el Gran Premio de México, hizo un gesto despectivo hacia Checo Pérez. Además, frases como “No vengo a hacer amigos, vengo a ganar” o “Es frustrante ver a pilotos que no dan resultados” han generado un ambiente adverso a su alrededor.
¿Qué sigue para Lawson?
Mientras Max Verstappen sugiere que Lawson debería correr en un equipo filial, el neozelandés parece consciente de la presión. “Es difícil manejar el Red Bull”, admitió en China. Sin embargo, el tiempo se agota para demostrar que merece un lugar en la escudería líder de la F1.