La reciente publicación en el Diario Oficial de la Ley que prohíbe la siembra de maíz genéticamente modificado en México avivará las tensiones comerciales con Estados Unidos, advirtió el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas. La ley podría generar represalias económicas dentro del marco del T-MEC, afectando a los productores estadounidenses, según Juan Carlos Anaya, presidente del grupo.
La nueva normativa establece estrictos criterios para la evaluación del maíz genéticamente modificado destinado al consumo humano, lo que podría reavivar las tensiones con EU. Anaya advirtió que esta decisión podría desencadenar represalias comerciales, como aranceles o restricciones en otros sectores, perjudicando el comercio bilateral.
México depende en gran medida de la importación de maíz para satisfacer la demanda nacional, situación que ha aumentado en los últimos años. Juan Carlos Anaya destacó que la dependencia de estas importaciones hace al país vulnerable a la volatilidad de los mercados internacionales.
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas sugirió que no se debe descartar el uso de maíz modificado como alternativa para fortalecer la producción nacional. Un uso regulado y basado en evidencia científica podría aumentar los rendimientos, mejorar la resistencia a plagas y reducir el uso de agroquímicos sin comprometer la seguridad alimentaria ni la biodiversidad.
Esta restricción sobre el maíz modificado genera incertidumbre en las relaciones comerciales con Estados Unidos, afectando tanto a la agricultura como a sectores clave como la manufactura y la automotriz.