Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que en las últimas 24 horas realizaron incursiones en el centro y sur de Gaza para ampliar su "perímetro de seguridad".

Según la Defensa Civil de Gaza, desde el inicio de los ataques han muerto 470 personas, entre ellas 14 miembros de una misma familia.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que la ofensiva continuará si no se entregan a los rehenes y se elimina a Hamás. "Si cooperan, se abrirán otras opciones, incluida la posibilidad de emigrar", afirmó Katz.

Sin embargo, Hamás rechazó la demanda y exigió que Israel respete la tregua en vigor desde el 19 de enero.

La reanudación de los ataques ha provocado un nuevo éxodo de civiles. Testigos describieron escenas de desesperación, con familias huyendo a pie o en carretas entre paisajes devastados por los bombardeos.

Un proyectil impactó en un edificio de la ONU en Deir al Balah, causando la muerte de un empleado y dejando a otros cinco heridos. Hamás responsabilizó a Israel, pero las FDI negaron cualquier implicación y anunciaron una investigación.

En Jerusalén, miles de manifestantes abuchearon al primer ministro Benjamin Netanyahu, acusándolo de prolongar la guerra sin garantizar la liberación de los rehenes.

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