Liz Throssell, portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, se pronunció sobre el hallazgo de restos humanos en un presunto sitio de cremación clandestino en Teuchitlán, Jalisco. El descubrimiento, realizado en el Rancho Izaguirre, incluyó restos calcinados y cientos de objetos personales, como zapatos y ropa.
Throssell calificó el hecho como un "recordatorio profundamente perturbador" del trauma causado por las desapariciones vinculadas al crimen organizado en México. El sitio fue encontrado por colectivos de familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos.
Según investigaciones, el lugar era utilizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación para entrenar a jóvenes reclutados mediante ofertas falsas de empleo. Aquellos que resistían o no cumplían con las exigencias del cártel eran asesinados, lo que explica la presencia de restos humanos carbonizados.
La portavoz de la ONU destacó que el hallazgo es aún más alarmante, ya que el rancho había sido allanado previamente por la Guardia Nacional y la Fiscalía de Jalisco en 2024. Throssell instó a las autoridades a garantizar investigaciones exhaustivas, imparciales y transparentes.
Además, subrayó la importancia de identificar los restos y permitir la participación activa de las familias en los procesos de búsqueda y rendición de cuentas. Este caso refleja la grave crisis de derechos humanos que enfrenta México debido al crimen organizado.