El color morado se ha convertido en un símbolo del 8M, Día Internacional de la Mujer, celebrado cada 8 de marzo. Su significado está estrechamente relacionado con la lucha feminista, la justicia y la igualdad de género. Este color representa la resistencia y el compromiso hacia un futuro más igualitario.

El origen del morado en el feminismo remonta a 1908, cuando el grupo británico Women’s Social and Political Union (WSPU) adoptó tres colores: morado, blanco y verde. Cada uno tenía un significado profundo relacionado con la causa feminista. El morado simbolizaba la dignidad y la lealtad, siendo una referencia a la realeza británica.

A pesar de que muchos asocian el 8M con el trágico incendio de una fábrica en Nueva York, el verdadero origen del movimiento tiene raíces en la lucha sufragista del Reino Unido. En 1978, la ONU declaró oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, consolidando al morado como el color emblemático de la jornada.

A lo largo de los años, el morado se ha asociado con la resistencia y la transformación. Las mujeres han usado este color en marchas y protestas para exigir derechos laborales, políticos y sociales. Además, numerosas organizaciones feministas lo adoptan en campañas contra la violencia de género.

En México y América Latina, el color morado ha adquirido un significado especial, sobre todo durante las marchas del 8M, donde las calles se tiñen de morado, un recordatorio de la lucha contra la desigualdad y la violencia de género.

El morado es más que un color; es un símbolo de cambio y esperanza. Cada año, millones de mujeres lo llevan con orgullo, mostrando su compromiso con la equidad de género y los avances en la lucha feminista.

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