Mientras el país se estremece por el hallazgo del Rancho Izaguirre, un presunto campo de exterminio del crimen organizado, los diputados de Puebla parecen más preocupados por su guardarropa que por las urgencias nacionales. Nay Salvatori, Andrés Villegas, Graciela Palomares y Roberto Zataráin han sido señalados por convertir el pleno del Congreso en una pasarela de moda.
El video de Salvatori, donde modela outfits junto a sus colegas, generó indignación en redes sociales. Con un tono de “humor”, la diputada de Morena bromeó sobre ser “la peor vestida”. Sin embargo, el chiste cayó mal. Muy mal. Los ciudadanos exigen soluciones, no desfiles.
Pero, ¿qué han hecho estos legisladores más allá de posar? Nay Salvatori, solo ha presentado cinco iniciativas en seis meses, ninguna aprobada. Entre sus propuestas, destaca una para castigar el bullying con hasta siete años de cárcel, una idea que muchos consideran desproporcionada.
Roberto Zataráin, por su parte, también suma cinco iniciativas, incluyendo una para sancionar a maestros que “permitan” el bullying, lo que generó rechazo incluso dentro de su propio partido. Andrés Villegas, aunque ha presentado siete propuestas, solo una ha sido aprobada: una reforma para que la Policía estatal investigue delitos.
Grace Palomares es la más “productiva”, con 16 iniciativas, pero ninguna ha prosperado. Entre sus ideas, destacan la creación de una Fiscalía Especializada en Adultos Mayores y endurecer penas por usurpación de profesión. Sin embargo, su defensa ante las críticas no convence a nadie.
En un momento donde el país enfrenta crisis de seguridad, violencia y desigualdad, la vanidad de estos diputados resulta indignante. ¿Quién los representa realmente? ¿Personas con empatía o oportunistas que solo buscan su beneficio?