La administración de Donald Trump desmintió los rumores que sugerían que Elon Musk abandonaría su rol como empleado especial del gobierno republicano, tras informes difundidos por medios como Politico.
Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, calificó los rumores como "basura", al afirmar que Musk y el presidente habían declarado públicamente que el multimillonario dejaría su puesto una vez que finalizara su trabajo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Musk se sumó al mensaje, tildando los informes de "fake news".
Sin embargo, Donald Trump avivó la especulación al insinuar que la salida de Musk sería solo cuestión de tiempo, mencionando: “Creo que terminará en algún momento”. Esta declaración, sumada a los recientes comentarios de la Casa Blanca, mantiene viva la incertidumbre sobre el futuro de Musk en el gobierno.
Desde su nombramiento, Musk ha sido un impulsor de una agenda de recortes dentro del gobierno, eliminando miles de empleos y promoviendo la disolución de agencias federales. A pesar de los esfuerzos por mantener su rol, el desgaste político es evidente: su imagen pública cayó en encuestas recientes, y sus negocios, como Tesla, sufrieron una baja del 13% en sus entregas del primer trimestre de 2025.
Además, su incursión en la política no ha sido exitosa: el respaldo de Musk a candidatos conservadores no ha logrado resultados positivos, con una derrota reciente en la Corte Suprema de Wisconsin.