La fe y el fervor se desbordó durante la procesión de Viernes Santo, que se registró en el primer cuadrante de la ciudad.
Desde temprana hora, la gente se apostó en las calles para tener los mejores lugares y ver a las siete imágenes que procesionaron.
Sin importar la edad, ni las condiciones de salud, la gente esperó hasta el medio día que salieron las imágenes de la Catedral poblana.
Encabezó la procesión el Niño Doctor de Tepeaca, que unen se llenó de aplausos y porras.
Posteriormente paso la Virgen de la Soledad, el Señor de las Tres Caídas, el Señor de la Misericordia y la Virgen de Dolores.
Para cerrar la procesión paso la imagen de Jesús de Nazareno y el Señor de la Misericordia, que desbordó el fervor de la gente.
Entre porras, aplausos y rezos la gente le aplaudió y algunas lágrimas se desmoronaron entre los fieles.
Algunos católicos también aprovecharon para regalar bebidas, dulces, globos e imágenes como agradecimiento y muestra de su devoción.