El grupo automotriz Stellantis cerrará su planta de Chrysler en Windsor por 15 días y despedirá temporalmente a 900 trabajadores en EE.UU.

El fabricante automotriz Stellantis, quinto en el mundo, anunció el cierre temporal de su planta de Chrysler en Windsor, Canadá, donde laboran unas 4,000 personas.

La medida responde a la entrada en vigor de aranceles del 25% a vehículos importados en Estados Unidos, una política impulsada por la administración de Donald Trump.

Desde el jueves, los vehículos no fabricados en territorio estadounidense enfrentan un recargo del 25%, que se aplicará gradualmente también a las piezas de recambio.

Como consecuencia, Stellantis también despedirá temporalmente a 900 empleados en cuatro plantas de autopartes ubicadas en Michigan e Indiana.

La compañía aseguró que estas decisiones son ajustes operativos para enfrentar el impacto de las nuevas tarifas aduaneras.
"Estamos comprometidos con el cumplimiento de la normativa vigente, aunque reconocemos los efectos económicos para nuestros trabajadores", dijo un portavoz.

La planta de Windsor produce minivans Chrysler Pacifica, una línea que depende en gran medida de componentes internacionales.
La interrupción de la producción afectará también a la cadena de suministro automotriz en Norteamérica.

Los sindicatos expresaron preocupación por la estabilidad laboral de los trabajadores y exigieron acciones gubernamentales para mitigar el impacto.

El conflicto comercial podría escalar, con consecuencias para otras marcas y sectores.
Expertos advierten que el aumento de aranceles encarecerá los vehículos y ralentizará el mercado automotor.

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