El Programa Mundial de Alimentos (PMA) se enfrenta a un grave recorte de fondos tras la decisión de Donald Trump de suspender la financiación para Afganistán. El PMA solo podrá asistir a la mitad de los afganos que enfrentan inseguridad alimentaria.
Según Mutinta Chimuka, representante del PMA en Kabul, ocho millones de personas recibirán ayuda este año, aunque 15 millones de afganos enfrentan hambre y más de tres millones están al borde de la hambruna. La ayuda se ha reducido a medias raciones desde hace meses debido a la falta de recursos.
La situación podría empeorar aún más si no se reciben fondos adicionales de otros donantes. En enero, EE. UU. congeló su ayuda exterior y desmanteló la agencia USAID, acusada sin pruebas por Trump de corrupción.
Aunque EE. UU. revirtió recortes en seis países, los fondos para Afganistán se mantuvieron reducidos. El PMA advirtió que millones de personas podrían morir si se implementa esta medida.
En 2023, debido a reducciones previas, el PMA ya había reducido las raciones alimentarias a la mitad, de las 2,100 calorías diarias recomendadas por persona. Ahora, con nuevas restricciones presupuestarias, Chimuka teme que más personas queden sin asistencia.
Desde la llegada de los talibanes al poder en 2021, Afganistán ha sido aislado diplomáticamente, sin el reconocimiento de ningún país. La ayuda humanitaria es mínima y está limitada a emergencias.
Afganistán atraviesa una de las crisis humanitarias más graves del mundo, con una situación interna crítica.