El parque Okubo, ubicado al oeste de Tokio, es conocido por estar cerca de la famosa estatua de Godzilla. Sin embargo, ahora atrae visitantes por otro motivo.
Jóvenes mujeres permanecen en los alrededores del parque sin actividad aparente. La escena llama la atención de turistas extranjeros que visitan la zona de Kabukicho.
Bajo la fría luz de sus celulares, estas mujeres representan una cara oculta del turismo: el crecimiento del turismo sexual en Japón, impulsado por redes sociales.
No hay cifras oficiales, pero cada vez más hombres extranjeros visitan la zona tras ver videos en TikTok o Bilibili, según relatan trabajadoras del lugar.
Una de ellas, identificada como Ria, contó que la mitad de sus clientes son extranjeros. Usan traductores automáticos para preguntar precios, ya que no hablan japonés.
Los turistas suelen llegar de Corea del Sur, China, Taiwán, Norteamérica y Europa. Buscan servicios ofrecidos en el parque y en los hoteles del amor cercanos.
Ria afirma que trabajan de manera independiente, sin proxenetas. El costo promedio por hora va de 15 mil a 30 mil yenes, entre 105 y 210 dólares.
Algunos encuentros han sido grabados sin consentimiento y subidos a plataformas digitales, acumulando miles de visitas, lo que aumenta la visibilidad de la zona.
Este fenómeno genera preocupación por su relación con la exposición no consensuada y el uso de redes sociales para fomentar el turismo sexual.
La situación plantea un dilema entre la promoción turística, la privacidad y la explotación. Kabukicho, antes símbolo del entretenimiento, ahora enfrenta nuevas controversias.