Erik y Lyle Menéndez, condenados por el asesinato de sus padres en 1989, podrían obtener libertad condicional tras una nueva sentencia dictada en California.

El juez Michael Jesic impuso una pena de 50 años a cadena perpetua con posibilidad de revisión judicial. Esto abre una puerta tras décadas sin opción de salir.

Durante la audiencia, agentes penitenciarios testificaron a favor de los hermanos, destacando su conducta ejemplar en prisión. “Es notable lo que han hecho desde entonces”, dijo el juez.

Jesic aclaró que no propone su liberación inmediata, pero considera que “un día deberían tener esa oportunidad” si mantienen su buena conducta.

La Junta de Libertad Condicional de California evaluará el caso en una audiencia prevista para el 13 de junio. Luego, el gobernador Gavin Newsom tomará la decisión final.

Newsom podrá confirmar, revocar o modificar la decisión de la junta en un plazo de 120 días, como ya ocurrió con el caso de Sirhan Sirhan, negado en 2022.

La defensa, liderada por Mark Geragos, presentó una petición de habeas corpus y solicita clemencia, argumentando que ambos han mostrado un cambio genuino.

Durante la audiencia, Erik reconoció su responsabilidad: “Cometí un acto atroz contra dos personas que tenían derecho a vivir”. Lyle habló del abuso y la rabia que motivaron el crimen.

El caso Menéndez, icónico por su cobertura mediática y brutalidad, podría entrar en una nueva etapa judicial con consecuencias históricas.

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