Las acusaciones del Departamento del Tesoro contra CI Banco, Intercam Banco y Vector Casa de Bolsa por presunto lavado de dinero son, según expertos, una primera maniobra de tanteo.

David Saucedo, consultor en seguridad nacional, explicó que esta medida busca observar la reacción de autoridades y empresarios mexicanos. “Es una primera embestida. No hubo órdenes ni cancelaciones”, advirtió.

Saucedo recordó que Estados Unidos investiga bancos mexicanos desde hace décadas. Como antecedente mencionó la Operación Casablanca de 1998, cuando se sancionaron a 12 instituciones por blanqueo.

A diferencia de aquel operativo, esta vez no se presentaron pruebas públicas ni cifras contundentes. “El silencio oficial es preocupante, y el señalamiento es más político que judicial”, opinó.

La Secretaría de Hacienda mexicana también ha señalado la falta de pruebas en el informe del Tesoro, en el que incluso se incluye a Vector, vinculado con el empresario Alfonso Romo.

Saucedo cuestionó que la acusación se base en movimientos financieros “minúsculos” en comparación con los montos reales que maneja el crimen organizado. Una transacción mencionada apenas alcanza los dos millones de dólares.

Estados Unidos también acusa a estos bancos de facilitar operaciones con empresas chinas que importaron precursores químicos utilizados para la elaboración de fentanilo.

Expertos advierten que este señalamiento puede escalar si México no actúa con claridad. También ven riesgo reputacional para el sistema financiero.

La relación bilateral en temas financieros y de seguridad podría tensarse si Washington exige acciones más contundentes por parte del gobierno mexicano.

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