Un tornado impactó la zona de Llanetillo y Río Blanco en Chignahuapan, provocando daños significativos sin lamentar víctimas, aunque sí afectaciones graves en infraestructura y producción agrícola.

Las ráfagas destruyeron invernaderos de jitomate, colapsaron bardas, portones y tejados, alterando seriamente la economía local y poniendo en riesgo futuras cosechas en la región.

Las autoridades locales activaron a Protección Civil, coordinándose con el estado para evaluar daños y entregar apoyo inmediato a familias afectadas por la tormenta y el tornado.

El director estatal de Protección Civil describió la situación como crítica, especialmente para los productores agrícolas, pues la pérdida de invernaderos impacta directamente la producción y los ingresos.

En Michac, poblado cercano, una intensa lluvia arrastró piedras y lodo hacia varias viviendas, causando daños materiales, pero sin heridos ni víctimas mortales que lamentar.

Las viviendas en Michac presentan consecuencias tangibles: bardas caídas, encharcamientos y lodo acumulado, afectando patios, accesos, coches estacionados y bienes domésticos de las familias.

La lluvia torrencial arrastró entre cinco y ocho metros cúbicos de lodo, según reportes, causando cuarteaduras y riesgos estructurales que requieren evaluación y reparación urgente.

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