Miles de puertorriqueños asistieron al inicio de la residencia musical de Bad Bunny en el Coliseo de Puerto Rico, la noche del viernes en San Juan.
El espectáculo titulado "No me quiero ir de aquí" marcó un homenaje a la cultura, orgullo y resiliencia de la isla caribeña, con acceso exclusivo para residentes locales.
Fanáticos con camisetas de la bandera de Puerto Rico y atuendos alusivos abarrotaron los alrededores del recinto, celebrando con emoción la presencia del artista.
Bad Bunny, de 31 años, ofreció un repertorio lleno de temas recientes, inéditos y éxitos que marcaron su carrera desde sus inicios en el trap latino y reguetón.
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La velada comenzó con una canción inédita, cuya publicación futura aún no se ha confirmado, y continuó con temas que reflejan la realidad social de la isla.
Desde una casa típica puertorriqueña montada como escenografía, el artista interpretó canciones como "Nuevayol" y "Tití me preguntó", proyectando además un corto dirigido por Jacobo Morales.
Uno de los momentos más aclamados fue cuando Bad Bunny cambió al escenario principal para una secuencia de salsa, con traje estilo años 70 y banda en vivo.
El repertorio incluyó "La Romana", "Yo perreo sola" y "Baile inolvidable", mientras serpentinas con los colores de Puerto Rico caían del techo del coliseo.
Entre los asistentes se encontraba LeBron James, como invitado especial. La serie de conciertos se extenderá hasta septiembre en fines de semana consecutivos.
Con tres horas de música, Bad Bunny reafirmó su conexión con su isla, celebrando su legado y proyectando su compromiso cultural ante miles de fans.
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