Liliana Guadalupe López desafió tradiciones para crear un cortometraje que da voz a las mujeres indígenas de Chiapas, hoy nominado a los premios Ariel.
Liliana Guadalupe López, una mujer indígena tzotzil de San Juan Chamula, rompió barreras sociales para crear Vientre de Luna, cortometraje nominado al premio Ariel.
Conocida como Liliana Kan, descubrió su amor por el cine en la preparatoria. A los 14 años se interesó en la cultura y el dibujo, y más tarde encontró su vocación cinematográfica.
Durante una clase de filosofía vio las películas Los que se quedan, de Juan Carlos Rulfo, y Ni uno menos, de Zhang Yimou, que marcaron su rumbo.
Su primer gran obstáculo fue convencer a su padre de permitirle salir de la comunidad Tres Cruces, ubicada a 12 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas, para estudiar cine.
A los 17 años, Liliana decidió rebelarse contra la voluntad paterna. “Quiero estudiar”, dijo. “¿Quieres estudiar?, demuéstramelo”, le retó su padre, recuerda la cineasta.
Vientre de Luna recopila testimonios de mujeres, familiares y rituales relacionados con el embarazo y la maternidad, abordando temas silenciados en las comunidades indígenas.
Liliana reflexiona: “Cuando nace mi hijo, veo que la maternidad es un tema complejo que no se habla en las comunidades; hay que romper con los mitos”.
El cortometraje se grabó en San Juan Chamula y Zinacantán con recursos limitados, una cámara básica y un celular, en compañía de su pareja.
La pandemia obligó a suspender la edición por dos años. La productora Terra Nostra Films apoyó el proyecto, que finalizó gracias a dos becas obtenidas en 2023.