El Pleno de San Lázaro aprobó la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que elimina al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y crea la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones.

Esta nueva entidad regulará el sector y contará con un órgano desconcentrado responsable de otorgar concesiones.

La discusión generó fuertes protestas. El PRI, encabezado por Rubén Moreira, ingresó al recinto con un ataúd que decía “murió la libertad” y una corona fúnebre.

Diputados del PAN acusaron que esta reforma abre la puerta a un gobierno espía y limita derechos fundamentales.

Erubiel Alonso, diputado priista, calificó la iniciativa como un “Big Brother a la mexicana”, pues considera que convertirá al Estado en un ente vigilante y autoritarista.

Señaló que hasta los memes en redes sociales estarán bajo vigilancia oficial. “Aquí está el cadáver de la libertad y la democracia”, enfatizó.

Moreira expresó que es un día triste para México: “Si la libertad de prensa desaparece, perdemos todo”.

Desde el PAN, Miguel Ángel Monraz afirmó que es una ley censura que refleja un gobierno autoritario.

La reforma crea la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones, encargada de regular el uso del espectro radioeléctrico, recursos orbitales, comunicación satelital, redes públicas y radiodifusión.

Se mantendrá actualizado el Registro Público de Telecomunicaciones, con datos sobre concesiones y la infraestructura disponible.

La norma obligará a que las líneas móviles se activen sólo con una identificación oficial, con el fin de robustecer controles.

La aprobación de esta ley desató críticas de organizaciones civiles que temen un retroceso en la libertad de expresión y la privacidad.

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