Dos jueces federales de Estados Unidos suspendieron la deportación del salvadoreño Kilmar Armando Ábrego García, acusado sin pruebas sólidas de pertenecer a la pandilla MS-13.

Ábrego, de 29 años, fue expulsado a El Salvador en marzo durante la ofensiva migratoria impulsada por Donald Trump, y enviado a una prisión para pandilleros. Su defensa cuestiona la falta de evidencias.

Este viernes, el juez Waverly Crenshaw, en Tennessee, ordenó su liberación bajo fianza mientras enfrenta un juicio por presunto tráfico de migrantes en Nashville. Además, señaló inconsistencias en el caso.

Crenshaw destacó que no existen tatuajes, confesiones ni testimonios creíbles que vinculen al acusado con la MS-13. Incluso puso en duda al principal testigo, un contrabandista con antecedentes cuestionables.

De forma paralela, la jueza federal Paula Xinis, en Maryland, prohibió al ICE detener a Ábrego inmediatamente tras su salida. Además, ordenó restituir su estatus previo a la deportación.

Xinis determinó que cualquier intento futuro de expulsión debe notificarse con al menos tres días de anticipación, evitando una nueva deportación sorpresiva.

El caso revela tensiones entre los tribunales y la política migratoria del trumpismo, caracterizada por acusaciones amplias y errores administrativos. La defensa acusa al Departamento de Justicia de dilación y violaciones procesales.

Aún no se ha confirmado la fecha exacta de liberación de Kilmar Ábrego. El fallo marca un precedente en el debate sobre derechos de migrantes y deportaciones irregulares en Estados Unidos.

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