A un año del secuestro y entrega de Ismael “El Mayo” Zambada a Estados Unidos, la violencia entre Los Chapitos y Los Mayitos ha dejado 1,352 muertos en Sinaloa, según reportes oficiales.

Pese a operativos permanentes de las Fuerzas Armadas, especialistas advierten que la estrategia no ha frenado la violencia. Fernando Jiménez, del Colegio de Jalisco, calificó la situación como “crítica y persistente”.

El analista señaló que no existe debilitamiento significativo en la estructura criminal. “Los Chapitos mantienen presencia operativa, y la sociedad sinaloense sufre graves afectaciones económicas y sociales”, afirmó.

También subrayó la falta de rendición de cuentas ante indicios de colusión política. “La vida pública está dañada, y no hay procesos que aclaren vínculos entre autoridades y crimen”, dijo.

La crisis inició el 25 de julio de 2024, cuando El Mayo, fundador del Cártel de Sinaloa, apareció detenido en El Paso, Texas, tras ser entregado por Joaquín “El Güero” Guzmán López.

Este hecho desató una guerra interna en el cártel. El Ejército confirmó que el conflicto comenzó el 9 de septiembre de 2024, semanas después de la captura.

En septiembre, el entonces titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, admitió que no hubo señales previas del enfrentamiento, hasta semanas antes de su estallido.

En agosto, circuló una carta atribuida a El Mayo, donde acusó a Los Chapitos de traición. Señaló que fue citado como mediador entre el gobernador y el rector de la UAS.

El documento asegura que la emboscada ocurrió en el mismo lugar y hora donde asesinaron al académico, lo que avivó la narrativa de la traición dentro del cártel.

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