El Papa León XIV exigió el fin inmediato de la guerra en Gaza, calificando como “barbarie” los recientes ataques contra civiles y lugares de culto, incluido un templo católico.
Durante su mensaje tras el rezo del Ángelus, el pontífice condenó el uso desmedido de la fuerza y llamó a respetar a los civiles y a los sitios religiosos, tras el ataque israelí a la única iglesia católica de Gaza, que dejó tres fallecidos y varios heridos.
El párroco argentino Gabriel Romanelli resultó herido en el ataque. La Santa Sede informó que el Papa contactó al primer ministro Benjamin Netanyahu para exigir respeto al derecho humanitario internacional.
Netanyahu calificó el bombardeo como un “error” y prometió una investigación formal. La situación ha generado fuerte crítica internacional por la falta de protección a la población civil.
La Defensa Civil de Gaza reportó la muerte de 93 personas en puntos de distribución de ayuda. Denunció ataques de francotiradores, lo cual fue negado por Israel, que afirmó que sólo se realizaron disparos de advertencia.
Testimonios de desplazados, como el de Qassem Abou Khater, describen el horror: “Los francotiradores disparaban como si fuéramos animales. Decenas murieron por un saco de harina”.
Actualmente, 87.8% del territorio de Gaza se encuentra bajo órdenes de evacuación o convertido en zonas militarizadas, obligando a las familias a huir constantemente.
La ONU alertó sobre el hacinamiento extremo: la población se concentra en apenas el 12% del territorio. A pesar de negociaciones para un posible alto al fuego de 60 días, la violencia persiste.