Mando militar
La llegada de un mando militar a las tareas de seguridad pública en el estado parece un acierto. Más allá de la reducción de los índices delictivos, que será oportuno evaluar en el mediano y largo plazo, la postura del vicealmirante, Francisco Sánchez González, ante los casos y hechos que impactan a la opinión pública, resulta destacable, porque no oculta ni niega nada. Al contrario, aborda con calma los problemas que la prensa le plantea, los explica y, de ser necesario, propone soluciones o adelanta acciones. La actitud del secretario de Seguridad Pública contrasta con las aseveraciones de los gobiernos anteriores, del PAN y la mismísima Morena, que siempre alegaban que “en Puebla no hay cárteles ni delincuencia organizada”, aunque los hechos les contradecían. El marino, fiel a la disciplina militar, cumple con el parte, sin cortapisas. Si fuera un civil, un funcionario común, pendiente de las próximas elecciones, ¿tendría la misma actitud? ¿Será?
Descomposición
Y ya que hablamos de seguridad pública, para nadie es un secreto que se trata de la principal demanda de los poblanos y los mexicanos. Los habitantes de la capital del estado, al igual que en otras ciudades importantes del país, observan con preocupación la diversificación de los negocios emprendidos por la delincuencia organizada: narcomenudeo, extorsión, robos, cobro de piso, invasión de inmuebles y una lista interminable de etcéteras, siempre y cuando representen ganancias económicas. Desde hace décadas, el delinquir es una forma de vida para muchas personas y hasta, con la debida proporción, el sustento de miles de familias. Lo anterior es reflejo de la descomposición social, profundizada desde la pandemia, cuando millones de personas perdieron una forma honrada de vivir. Ahora, con los gobiernos de izquierda, pensaríamos que esas condiciones mejorarán, pero esas condiciones aún no se observan. Hace falta trabajo, educación, salud y otra larga lista de etcéteras en las cuales ya trabaja el Gobierno. ¿Será?
Reacción evasiva
Cuando la fiscal general del estado, Idamis, fue cuestionada sobre la presencia de Gustavo González Zapata, conocido como El jefe Sauce, en la FGE, reaccionó de manera evasiva. Y es que, al término de la rueda de prensa del Ejecutivo estatal, la funcionaria interrumpió a una reportera que la cuestionó sobre la reciente incorporación del agente, cuyo actuar en la Policía Municipal de Puebla, provocó un paro de labores tras la muerte de dos policías, el pasado 1º de marzo. Al parecer, Pastor Betancourt amaneció de malas y preguntó a otro reportero “¿dónde están las denuncias contra González Zapata?”, para entonces actuar en su contra. Mal por la fiscal que, se supone, debería ser más accesible con los periodistas que únicamente hacen su trabajo. ¿Será?
Nuevo lienzo
Ayer nos enteramos de que el mural pintado en 2023 para dar rostro a las víctimas de violencia de género como Esmeralda Millán, Carmen Sánchez y Leslie Moreno fue borrado en su totalidad. Sin embargo, no se trata de un acto de menosprecio a las manifestaciones sociales, simplemente de mantenimiento al muro dañado por las inclemencias del tiempo y que fue objeto del vandalismo grafitero. Y es que la Gerencia del Centro Histórico anunció la intervención del sitio donde, según los planes del ayuntamiento, se continuará visibilizando la lucha de las mujeres contra todo tipo de violencia. Ojalá y el Gobierno municipal convoque a artistas locales para que, de nueva cuenta, hagan un mural en reconocimiento a las sobrevivientes, en honor a las madres buscadoras y en memoria de las que, por culpa de la violencia machista, viven en nuestros corazones. ¿Será?

