La designación de Alexa Espidio Sánchez, hija de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Puebla, como nueva diputada local desató un debate político. Su posible asunción se da tras la renuncia de Graciela Palomares Ramírez, respaldada públicamente por el gobernador Alejandro Armenta Mier, quien argumentó que Alexa cuenta con un mandato popular al haber realizado campaña y haber sido electa directamente por la ciudadanía.
El gobernador afirmó que la salida de Palomares responde a una decisión personal, fuera del alcance de cuestionamientos políticos. Recordó que tanto diputadas como diputados son el resultado de la voluntad ciudadana, ya sea por la vía uninominal o plurinominal, y merecen respeto institucional por su legitimidad.
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Armenta Mier puntualizó que Alexa Espidio no fue designada, sino que compitió y ganó mediante campaña electoral. Tras la separación de Palomares, enfatizó que ella debe ocupar la curul, asumiendo el mandato popular conferido por las urnas. Esto subraya un principio democrático: quien fue electo por la ciudadanía tiene derecho a ejercer.
El gobernador también se mostró enfático en la autonomía del poder legislativo, señalando su respeto ante cualquier postura emitida por diputadas y diputados. Hizo un llamado a la solidaridad entre mujeres en la política, independientemente de sus afiliaciones partidistas, y reiteró la importancia del apoyo mutuo en el ámbito legislativo.
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