ROCÍO GARCÍA OLMEDO
Buenas noticias: 13.4 millones de personas salieron de la pobreza en México, como también lo es la decisión histórica de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) de reconocer por primera vez que cuidar, ser cuidado y autocuidarse son derechos humanos fundamentales.
La semana anterior, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados de la medición de la pobreza en México 2018-2024 entre los que se encuentra la reducción de personas pobres en esta situación, sin dejar por supuesto de reconocerse la relación que estos resultados tienen con el aumento del salario mínimo y con la entrega de apoyos económicos desde los diversos programas sociales, en ese orden.
El pasado 7 de agosto conocimos también de la adopción que hace la Corte IDH respecto de la Opinión Consultiva OC-31/25, sobre “el contenido y el alcance del derecho al cuidado y su interrelación con otros derechos”. Avance jurídico que reconoce lo que millones de personas sabemos -especialmente nosotras las mujeres- que la tarea del cuidado ha sido la base de la sociedad.
La Corte IDH reconoce y hace énfasis en tres dimensiones interconectadas: el derecho a ser cuidado, que garantiza atención digna para personas en situación de dependencia; el derecho a cuidar, que protege a quienes realizan estas labores, sean remuneradas o no, asegurando condiciones justas y reconocimiento; y el derecho al autocuidado, que preserva la posibilidad de atender el bienestar propio.
Por ello, estas dos buenas noticias requieren de implementar con celeridad acciones urgentes desde el Gobierno, -así de rápido, tanto como se han venido dando en esta tercera alternancia del poder presidencial en México, el cambio de régimen, del sistema de Gobierno, del régimen político, la desaparición de instituciones autónomas de gran importancia en el país, del Sistema Judicial y, seguramente, siguiendo estos mismos procedimientos que ya conocemos, próximamente con seguridad el nuevo sistema de modelo electoral en México-, para incidir en esos números que dio a conocer el Inegi:
Hay que sacar de la pobreza moderada a esas 31.5 millones de personas; de la pobreza extrema a siete millones que aún la viven; pero también a esas 41.9 millones de personas que tienen carencias sociales; esas 80.4 millones de personas que tienen al menos una carencia social y a esas 27.0 millones de personas que viven con al menos tres carencias sociales.

