Las casonas abandonadas del Centro Histórico de la ciudad se han convertido en refugio de delincuentes y resguardo de indigentes.

Así lo confirmaron trabajadores de la avenida 5 de Mayo, entre las calles 10 y 18 Oriente-Poniente, donde algunos cadeneros se resguardan en inmuebles antiguos, después de cometer atracos.

“Es un secreto a voces que muchos de los raterillos son de las vecindades de aquí de la 5 de Mayo. Cuando los corretean o ven que los van a cachar, se meten a las casas y se esperan a que pase el rato, otros se brincan y ya se pierden”, dijo una comerciante de la calle 10 poniente, que prefirió omitir su nombre por seguridad.

“Aquí todos sabemos quiénes son los que andan haciendo sus fechorías, pero tampoco podemos decir, porque se van contra nosotros y ellos nos conocen, venimos diario y saben que andamos por acá, donde trabajamos, por eso uno se hace como que no sabe nada”, recalcó en entrevista.


En un recorrido se constató que hay casonas abandonadas entre las calles 8 Oriente-Poniente hasta la 16 Oriente-Poniente, las cuales presentan tablas atravesadas en los accesos o cubren las puertas con madera de triplay. Por dentro, solamente se observan escombros, maleza y basura.

Otros vecinos del Centro Histórico explicaron que los inmuebles ubicados entre la 11 y 15 Norte, de la 16 a la 22 Poniente, son utilizadas como resguardo de algunos indigentes que por las tardes y noches acuden a dormir.

“Saben que están abandonadas y que nadie los molesta. Adentro hay algunas botellas o basura que ellos mismos llevan”, mencionó Luis Sánchez.

Por su parte, Aimeé Guerra Pérez, gerente del Centro Histórico, resaltó que están haciendo operativos en coordinación con la Secretaría de Gobernación, a fin de recuperar la zona y convertirla en un espacio seguro.

“Estamos haciendo el reordenamiento; antes no se podía caminar en el andador de la 5 de Mayo y por eso se sentían inseguros, pero estamos haciendo la recuperación y hay muchos elementos de seguridad en la zona”, resaltó.

En recientes declaraciones, el alcalde de Puebla, José Chedraui Budib, reconoció que al menos mil 100 inmuebles históricos permanecen en desuso.

Ante ello, el gobernador del estado, Alejandro Armenta Mier, propuso que los propietarios de las viejas casonas firmen un convenio con su administración para que se invierta en la recuperación física de los inmuebles.

A cambio, el Gobierno estatal rentaría esos espacios para actividades culturales, y una vez concluido el período de arrendamiento, serán devueltos a sus dueños.

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