Cada día, la zona metropolitana de Puebla genera más de cinco mil toneladas de basura. Pero más allá del volumen, el verdadero problema está en lo que no se hace con ella: no se recicla, no se vigila, no se controla.
En Chiltepeque, la basura no sólo se acumula, termina siendo un foco de contaminación que invade y enferma. Este relleno sanitario, ubicado en el kilómetro 6.5 del camino a Santo Tomás Chautla, en la ciudad de Puebla, enfrenta varios problemas: está contaminando el río Alseseca, no se están reciclando los residuos peligrosos, falta personal capacitado que monitoree el funcionamiento del lugar y no se está captando el biogás que genera la basura, lo que podría provocar un incendio.
“El problema es que (Chiltepeque) ya está ocupando zonas federales, las líneas de alta tensión que tiene Comisión Federal de Electricidad ya están siendo invadidas por el relleno y en este caso corre el riesgo de que cualquier chispa, cualquier arco eléctrico haga explotar todo el relleno sanitario por el biogás que se genera”, explicó en entrevista el ingeniero químico Pablo Loreto López, exdirector del Organismo Operador del Servicio de Limpia (OOSLMP).
De acuerdo con datos abiertos del ayuntamiento de Puebla, durante los tres primeros trimestres de este año, en el relleno de Chiltepeque se descargaron un total de 480 mil 383.56 toneladas, lo equivalente a nueve barcos del tamaño del Titanic llenos de basura. En promedio, mensualmente se tiraron 53 mil 375.95 toneladas, es decir mil 779.19 por día.
Pero este relleno sanitario no sólo recibe basura de la capital poblana sino de siete municipios: Coronango, Huejotzingo, Ocoyucan, Amozoc, Cuautlancingo, San Andrés y San Pedro Cholula, de los cuales los últimos cuatro forman parte de los municipios más poblados del estado, según INEGI 2020.
Aunque el ayuntamiento de Puebla estima que la vida útil de este relleno sanitario será de cinco a 10 años, debido a que no sólo recibe basura del municipio de Puebla y el poco tratamiento efectivo de residuos, Loreto López calcula que sólo aguante alrededor de un año antes de que se sature como la mayoría.
No obstante, esta situación no es caso exclusivo de Chiltepeque, de acuerdo con el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (IGAVIM), en 2024, el 75% de los 94 rellenos existentes en el estado no cumplen con la NOM-083-SEMARNAT-2003.
Para la ambientalista y escritora Verónica Mastretta Guzmán, se necesita mayor vigilancia de los rellenos sanitarios, además de personal preparado.
“El Organismo Operador de Limpia me da la impresión de que no tiene personal calificado para hacer la supervisión adecuada y, sin embargo, tiene que hacerlo funcionar porque si no, ¿dónde ponen los residuos de la ciudad de Puebla? Ese es el dilema”, reflexionó Verónica Mastretta en entrevista.
Hasta el 3 de noviembre de 2024, la Secretaría de Salud de Puebla reportó 70 tiraderos clandestinos a cielo abierto en la entidad que contaminan el suelo, el aire y el agua, además de generar fauna nociva como ratas, cucarachas, piojos y chinches, que afecta a las comunidades aledañas al relleno sanitario.
“Se están recibiendo todo tipo de residuos, desde biológico infecciosos, residuos de manejo especial, todo tipo de recibos se están introduciendo ahí. No sé por qué Profepa no ha intervenido, siendo su atribución directa”, explicó Pablo Loreto.
Por su parte, Mastretta Guzmán comentó que en Puebla no hay rellenos sanitarios para residuos peligrosos, que se encargan de procesar desechos industriales, electrónicos, de establecimientos de salud y de material de construcción.
A pesar de que en 2023, Puebla ocupó el tercer lugar nacional en número de unidades económicas de industria manufacturera, al registrar un total de 53 mil 295 establecimientos, según Data México.
CONCESIÓN DE ADORNO
El 23 de julio de 2021, por incumplir con obligaciones ambientales, contractuales y operativas, el Ayuntamiento de Puebla ordenó iniciar un nuevo proceso de licitación para concesionar el manejo de residuos sólidos urbanos (RSU), luego de que la empresa Rellenos Sanitarios (RESA), encargada de Chiltepeque, solicitara extender su concesión por 30 años más.
Un informe elaborado por las regidoras Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández y Luz del Carmen Rosillo Martínez, reveló fallas graves en el funcionamiento del basurero operado por RESA desde hace más de una década.
El análisis, basado en oficios dirigidos al OOSL, concluyó que la empresa no cumplió cabalmente con la NOM-083-SEMARNAT-2003 ni con el contrato de concesión.
Aunque RESA pidió extender la concesión desde 2020, el Cabildo decidió no aprobar automáticamente su solicitud. En su lugar, instruyó iniciar un proceso público que permitiera una gestión moderna, integral y sustentable de los residuos, dejando a salvo el derecho de participación de las empresas interesadas.
La resolución fue aprobada en la Quincuagésima Quinta Sesión Extraordinaria de Cabildo, bajo la presidencia municipal de Claudia Rivera Vivanco y publicada en la Gaceta Municipal. No obstante, el 10 de diciembre de 2022, el ayuntamiento de Puebla avaló nuevamente la concesión de RESA para el manejo del relleno.
En este sentido, Pablo Loreto recalcó que, actualmente, sigue sin existir un verdadero control de residuos en el relleno de Chiltepeque.
“El concesionario de RESA, viene cuando quiere, cuando tiene una visita ocular de alguna autoridad o de algún medio. Y, entonces, ya con eso le tapa el ojo al macho. (...) Pero, si ustedes van y hacen con una visita con dron, se podrán dar cuenta de que el concesionario tiene la maquinaria parada, no hay material de cubierta, todo el escombro se está tirando alrededor de la entrada de Chiltepeque, no hay captación de biogás, los lixiviados por todos lados”, explicó el ingeniero.
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