A dos semanas de que inicie el ciclo escolar 2025-2026, las papelerías del Centro Histórico reportan una disminución de hasta el 50% en sus ventas, en comparación con el mismo periodo del año pasado, que atribuyen al ingreso tardío a clases y a la competencia con grandes cadenas comerciales.
“De todo el tiempo que he estado al frente de la papelería, este es el primer año que todo está muy tranquilo; en el centro no hay mucha gente. Nosotros hemos visto una baja del 50% y lo que hicimos fue no subir precios para atraer a la gente”, explicó Abdi Morán, encargado del negocio denominado Jirhe.
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En un recorrido realizado sobre la calle 8 Oriente, donde se concentran cerca de 10 papelerías, se constató que la afluencia de clientes es baja. En la mayoría de los locales apenas entraban algunos padres de familia y, en aquellos donde se observaba más concurrencia, se debía al reducido espacio de los establecimientos.
Ante la escasa llegada de compradores, Alejandro Cruz Ramírez, gerente de la papelería Lucky, comentó que a dos semanas del regreso a clases, la presencia de clientes aumentó un 30%, ya que en semanas anteriores era menor.
“Hemos notado que está incrementando la presencia de personas y eso ha generado que, comparado con el año pasado, vayamos un 40% abajo en las ventas. Al igual que muchos locales, optamos por no subir los precios de los útiles, y eso fue posible porque nuestros proveedores mantuvieron las tarifas; la última alza fue en diciembre”, comentó en entrevista.
Ambos gerentes señalaron que, año con año, su estrategia es ofrecer precios razonables, considerando que las cadenas comerciales tienen mayor fuerza publicitaria, venden productos de marcas poco conocidas y, por ende, más baratos.
“Cada padre tiene la decisión de comprar lo que puede, según su bolsillo, pero el llamado es a que inviertan su dinero en productos de marcas conocidas y que las papelerías tradicionales ofrecemos. Comprar algo bueno y a precio justo les ahorrará más que comprar algo barato que se rompe o no sirve y se tiene que estar reemplazando; les sale más caro”, comentó Cruz Ramírez.
Sin embargo, no sólo las papelerías han resentido la baja afluencia de clientes. Doña Lina, vendedora ambulante de etiquetas y stickers, reconoció que sus ingresos han caído, ya que “la venta ha sido muy baja; en promedio estoy sacando entre 150 o 200 pesos al día cuando me va bien”, aseguró.
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