La tributación sobre las ganancias del juego en línea y casinos físicos en Latinoamérica presenta diferencias marcadas entre países, lo que refleja un mosaico de políticas fiscales que afectan tanto a jugadores como a operadores. Según el Estudio Fiscal LATAM 2025, no existe un criterio unificado para gravar este tipo de ingresos.
Mientras algunos países aplican una retención directa en la fuente, en otros la carga fiscal recae sobre el jugador, quien debe declarar y pagar el impuesto correspondiente de forma anual o mensual. El tratamiento legal también varía dependiendo de si se trata de plataformas digitales legales, casinos físicos o operadores extranjeros sin licencia.
En México, por ejemplo, el esquema es híbrido: algunas ganancias están sujetas a una retención del 7%, pero en general se espera que los jugadores paguen hasta un 21% en su declaración anual. No obstante, no existe un sistema de retención unificado, lo que exige un seguimiento individualizado por parte del usuario.
En contraste, Colombia establece una retención automática del 20% para premios que superan los COP 2,26 millones. Aunque hasta ahora no se ha aplicado esta retención al juego en línea, los cambios legislativos indican una tendencia hacia una fiscalización más estricta ante el aumento proyectado del 2.5% de nuevos jugadores hacia 2027.
Los reguladores regionales enfrentan el reto de reducir la evasión fiscal sin incentivar el uso de plataformas no autorizadas. En este equilibrio delicado, muchos países han optado por tratar el juego en línea como un servicio digital más, sujeto al Impuesto al Consumo. Esto ha llevado a reformas enfocadas en cerrar brechas fiscales y simplificar la recaudación, incluso obligando a operadores a registrar a los jugadores y asumir parte de la retención.
En países con modelos fiscales agresivos, el riesgo de que los jugadores migren hacia plataformas ilegales es real. Por ello, la transparencia en la aplicación del impuesto es clave para mantener un ecosistema regulado y sostenible.
Los datos del Estudio Fiscal LATAM 2025 revelan que los ingresos brutos por juego en la región casi se han triplicado en los últimos cinco años, lo que ha impulsado a los gobiernos a ajustar sus marcos normativos para capturar esa renta sin desalentar la participación legal.
En resumen, las reglas están cambiando rápidamente. Jugadores y operadores deben estar informados y preparados para cumplir con sus obligaciones. La falta de claridad puede significar sanciones o una exclusión involuntaria del mercado legal.
Comprender las políticas tributarias actuales no solo es una responsabilidad individual, sino una necesidad estratégica en un entorno donde el juego digital crece más rápido que las leyes que lo regulan.

