Ver árboles navideños en agosto o disfraces de Halloween en julio ya no sorprende. Los comercios adelantan sus temporadas festivas como estrategia de mercadotecnia para atraer consumidores.
El Mtro. Jorge Torres Ríos, académico de la IBERO Puebla, explicó que este fenómeno responde a la necesidad de ampliar el ciclo de compra y distribuir gastos en varios meses.
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Adelantar productos de Navidad, Halloween o Reyes Magos busca que los consumidores planifiquen mejor sus compras y eviten concentrar su gasto en un solo periodo festivo.
Además, las marcas aprovechan promociones escalonadas como el Buen Fin o el Ciberlunes, incentivando adquisiciones con descuentos estratégicos. A ello se suma la llamada escasez programada, que impulsa compras anticipadas.
El académico señaló que esta práctica permite a las empresas detectar tendencias. Adelantar la venta de adornos, colores o estilos facilita conocer lo más demandado y ajustar sus líneas de productos.
Otro beneficio recae en los consumidores tempranos, quienes evitan aglomeraciones, planifican con calma y disfrutan de la experiencia festiva de manera prolongada, desde junio hasta diciembre.
De acuerdo con Torres Ríos, esta estrategia no solo tiene un impacto económico, también genera bienestar emocional, pues las festividades aportan motivación y alegría en la vida cotidiana.
El fenómeno de la Navidad adelantada refleja cómo el mercado adapta sus dinámicas para conectar con las expectativas de compra, al mismo tiempo que prolonga la experiencia cultural de las celebraciones.

