La planta Volkswagen Puebla, uno de los pilares industriales de la región, enfrenta una tormenta perfecta: una contracción en su producción y exportaciones, junto con una exigencia sindical sin precedentes. Según datos confirmados, en el primer semestre de 2025, la armadora ensambló tan solo 159 265 vehículos, lo que representa una caída del 21.2 % respecto al mismo lapso de 2024.

Esta brusca disminución incluye reducciones significativas en modelos como el Jetta y el Tiguan, mientras que el Taos opera a menor ritmo; en paralelo, las exportaciones colapsaron un 28.7 %, afectando principalmente el mercado estadounidense.


En este marco, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen (SITIAVW) demanda un aumento salarial directo del 14 %, la petición más alta de la última década, y supera en más de cinco veces la inflación registrada en Puebla, según datos del INEGI.

Las negociaciones comenzaron formalmente la semana pasada y se desarrollan en Puebla, con la posibilidad de trasladarse al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral si no hay avances.

El emplazamiento a huelga está programado para el 18 de agosto a las 11:00 horas, y ambas partes se preparan con precaución: VW ha iniciado ajustes logísticos y el sindicato ha organizado guardias como medida preventiva.


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