Han pasado casi 20 años desde la desaparición de Guadalupe Muñoz Mijangos, ocurrida en septiembre de 2005, cuando apenas tenía 11 años y se encontraba bajo el cuidado de familiares en la unidad habitacional La Margarita, en Puebla. Hoy, en 2025, su nombre sigue siendo un grito de exigencia contra la impunidad.
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‘Lupita’, como la llamaban en su familia, cumpliría 31 años. Sin embargo, lo único que permanece es el dolor de sus hermanos, quienes recuerdan que en aquel entonces la carpeta de investigación quedó estancada durante nueve meses, un retraso que marcó el rumbo de un caso que nunca recibió la atención debida por parte de las autoridades.
De acuerdo con el testimonio de su hermana, Guadalupe fue víctima de maltrato físico y psicológico mientras vivía en casa de sus primos. Pese a que los presuntos agresores están plenamente identificados, hasta hoy ninguno enfrenta consecuencias legales. “No busco culpables, sólo quiero volver a ver a mi hermana”, expresó.
Fue hasta 2023 cuando la familia retomó la búsqueda con el respaldo de colectivos y la Comisión de Búsqueda de Personas de Puebla, logrando que se reabrieran diligencias. En agosto de 2025 se difundió un nuevo retrato con progresión de edad, donde se muestra cómo podría lucir Guadalupe a los 31 años, convirtiéndose en una herramienta clave para localizarla.
Hoy, los familiares no sólo reclaman justicia, también denuncian la falta de respuestas de la Fiscalía General del Estado (FGE), la cual a casi dos décadas aún no esclarece lo ocurrido. “Los responsables siguen libres, saben qué pasó, pero guardan silencio”, reprochan.
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