El choque retórico entre Donald Trump y la presidenta Claudia Sheinbaum encendió la agenda mediática: mientras Trump afirmó que “México hace lo que le decimos que haga”, Sheinbaum respondió con contundencia: “Solo el pueblo manda en México”, un mensaje que busca reafirmar la soberanía nacional y recalcar la voz ciudadana. Este intercambio tuvo lugar el viernes en Chetumal, Quintana Roo, donde la mandataria minimizó los dichos del magnate y resaltó que en el país no hay sumisión sino un gobierno que representa al pueblo.
Sobre el despliegue de las Fuerzas Armadas de EE.UU. en aguas internacionales, Sheinbaum reafirmó la importancia de respetar la autodeterminación de los pueblos, descartando cualquier intervención militar en América Latina. Enfatizó la colaboración internacional basada en mecanismos multilaterales y no en soluciones coercitivas o intervencionistas.
Este intercambio no es aislado. En otras instancias, Sheinbaum ha destacado que México no es como gobiernos anteriores, que permitieron la infiltración del crimen organizado. Además, ha rechazado la militarización unilateral, como cuando condenó una supuesta orden ejecutiva de Trump que facultaba posibles despliegues militares contra cárteles en territorio mexicano .
Este contexto ocurre en un 2025 marcado por un auge de los liderazgos personalistas, tensiones ideológicas y proteccionismo, según analistas globales. En ese escenario, la frase de Sheinbaum —“aquí manda el pueblo”— actúa como llamada de atención: en tiempos de polarización, México busca definirse por su soberanía y su gente, más que por presiones externas.

