El presidente Volodimir Zelenski reiteró su disposición a reunirse con Vladimir Putin, considerando que un encuentro directo sería “la forma más eficaz de avanzar” hacia la paz.
La declaración coincidió con el 34º aniversario de la independencia de Ucrania, marcado por celebraciones, discursos oficiales y ataques aéreos rusos. Kiev lanzó operaciones con drones contra instalaciones rusas.
Entre los objetivos, un dron fue derribado sobre la planta nuclear de Kursk, provocando un incendio sin víctimas ni fugas de radiación. La situación generó alarma internacional.
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El viernes, los esfuerzos por una cumbre mediada por Estados Unidos quedaron suspendidos tras el rechazo de Moscú. El canciller ruso Serguéi Lavrov acusó a Zelenski de imponer condiciones para forzar la cita.
Washington respondió con el vicepresidente JD Vance, quien aseguró que Rusia realizó concesiones en conversaciones previas y negó bloqueos a un posible acuerdo. Zelenski recibió al emisario Keith Kellog y al primer ministro canadiense Mark Carney.
En el terreno, Ucrania informó haber recuperado tres aldeas en Donetsk, mientras Rusia lanzó un misil balístico y 72 drones Shahed, de los cuales 48 fueron derribados. Uno de los ataques mató a una mujer en Dnipropetrovsk.
Noruega anunció el envío de dos sistemas Patriot en coordinación con Alemania, con una inversión de 690 millones de dólares para reforzar la defensa aérea de Kiev.
Los enfrentamientos coincidieron con un nuevo intercambio de prisioneros, liberando 146 personas, entre combatientes y civiles. La guerra mantiene fuerte desgaste, con Rusia controlando cerca de una quinta parte del territorio ucraniano.
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