¡La espera terminó! Tras cuatro meses de ansiosa cuenta regresiva, más de ocho mil almas se dieron cita en el Auditorio GNP para entregarse en voz y alma al español Alejandro Sanz, quien eligió Puebla para inaugurar su gira “¿Y ahora qué?” por México, que incluye 23 fechas, seis en el Auditorio Nacional.

Fans como Monse, Vanesa, Abigail y Verónica, anhelaba esta noche para cantar con el cantautor español, sin imaginar que con sus palabras, ritmo, baile y señas de corazones harían de esta una mágica noche.

“La gira pasada la terminamos en Puebla y esta vez, la comenzamos en esta tierra. ¿Coincidencia? ¡No lo creo! Ustedes tienen algo, mi Puebla”, fueron las palabras que Alejandro Sanz dijo a su público que explotó en gritos, aplausos y “te amos”.

Comenzando con “Desde cuando”, pasando por “La música no se toca”, “Bésame”, “A la primera persona, el público vivió varios roles, fue cómplice, testigo y protagonista de una velada inolvidable, donde el alma se desbordó en cada acorde.

Pero la explosión llegó cuando en el escenario sonó el intro de “Amiga mía”, una de las canciones más esperadas por el público, como Vanesa, Abigail, Monse y Verónica, fans con la que 24 Horas platicó.

Después de la mágica canciones, Sanz arrancó suspiros al cantar “Mi soledad y yo”, sin duda, una catarsis compartida. Las miradas perdidas, los labios temblorosos, el eco de una historia vivida o añorada. Después llegó “Lo ves”, y con ella, un susurro convertido en grito colectivo.

Pero no todo fue nostalgia: con temas como “El alma al aire”, “A la primera persona”, “Quisiera ser” y “El alma al aire”, el público se puso de pie, cantó, brincó y celebró la vida, porque con Sanz se llora, pero también se vibra.

Tras casi dos horas de emociones encontradas y sentimientos, donde cada canción era un espejo, cada palabra una herida o una caricia, Sanz decidió cerrar su segunda mágica noche en Puebla con uno de los temas más emblemáticos de su carrera y, acompañado de una lluvia de aplausos, los acordes comenzaron con “Corazón partio”.

La simple melodía desató la euforia, aún más cuando en el GNP sonó una renovada versión que sorprendió y emocionó a la gente, quien aplaudió y ovacionó al español hoy adoptado poblano.

Sin duda, esta segunda noche de Alejandro Sanz no fue uno coincidencia, era su destino.

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