La Asociación Nacional de Aerosoles en Estados Unidos advirtió que los aranceles al acero y al aluminio incrementaron los costos estructurales, afectando a empresarios, fabricantes y consumidores.

En la Sección 232 de impuestos, se fijaron aranceles iniciales de 25% al acero y 10% al aluminio en 2018. Hoy, esas tasas se elevaron hasta 50%.

Este ajuste impactó incluso en productos como la leche condensada, ya que los envases metálicos encarecieron su producción. La industria de latas enfrenta un aumento sostenido en costos de materiales.

El Servicio Geológico de Estados Unidos informó que la producción nacional de aluminio en 2024 cayó 25% respecto a 2017, aumentando la dependencia de importaciones extranjeras.

Según un estudio de Wall Street Journal, los precios internacionales al alza obligan a fabricantes locales a absorber costos adicionales que no existían antes de estas medidas arancelarias.

Por ejemplo, una lata de aerosol de crema batida, que costaba 0.18 dólares en 2017, ahora se eleva a 0.27 dólares, lo que representa un aumento del 50%.

Los rociadores de aluminio como perfumes, repelentes o lubricantes subieron entre 12% y 20% en su costo final, afectando directamente al consumidor y presionando la inflación.

Restaurantes y panaderías que dependen de estos insumos pagan el arancel de 50% sobre envases, reduciendo márgenes de ganancia ya debilitados por la desaceleración económica.

La industria advierte que las empresas estadounidenses operan en desventaja competitiva frente a productores internacionales, quienes no enfrentan los mismos sobrecostos de metales impuestos por Washington.

Los empresarios reconocen que deben descontar de su rentabilidad el costo creciente del metal, lo que amenaza la viabilidad de varias cadenas productivas en Estados Unidos.

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