Kiev y otras ciudades ucranianas vivieron una noche de terror tras un ataque masivo de Rusia con drones y misiles que dejó cuatro muertos y más de 70 heridos.

Entre las víctimas se encuentra una niña de 12 años. La ofensiva se prolongó durante 12 horas, mientras Polonia movilizó cazas para proteger su espacio aéreo.

El presidente Volodímir Zelenski calificó el ataque como una “guerra contra los civiles” y difundió imágenes de edificios destruidos y en llamas en distintas regiones.

En la capital, los muertos se registraron en el distrito de Solomianski, un instituto de cardiología y un establecimiento civil. Los rescatistas recuperaron el cuerpo de la menor entre los escombros.

Testigos relatan el impacto de los ataques. Mark Serguéiev comentó que un misil arrancó el techo de su vivienda, mientras Anna describió cómo los vidrios cubrieron su hogar tras la explosión.

El ministro del Interior, Igor Klymenko, informó que 11 regiones resultaron afectadas. En Zaporiyia, 34 personas resultaron heridas, aunque Rusia aseguró que sus blancos fueron exclusivamente instalaciones militares.

Zelenski subrayó que la mayoría de los daños se concentraron en zonas residenciales y parte de la infraestructura energética, evidenciando la amenaza a la población civil.

El ataque aumenta la tensión en Europa, con Polonia activando medidas preventivas y la OTAN reforzando vigilancia en el mar Báltico tras incursiones de drones rusos.

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