Al menos 24 personas murieron en el este de Ucrania tras un ataque ruso contra la aldea de Yarova, en la región de Donetsk, donde esperaban el pago de sus pensiones.
Autoridades ucranianas señalaron que una bomba aérea guiada impactó en el centro del pueblo, cuando los civiles se habían reunido alrededor de una camioneta del servicio de correos.
El ministro del Interior, Igor Klimenko, denunció que el ataque fue deliberado contra la población civil, mientras el presidente Volodimir Zelenski difundió imágenes de cadáveres junto a un vehículo destrozado.
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Ukrpochta, la empresa estatal de correos, distribuye pensiones a más de dos millones de personas, principalmente en zonas rurales, donde bancos y oficinas han cerrado desde la invasión rusa en 2022.
Zelenski calificó el hecho como un “salvaje ataque ruso” y pidió a la comunidad internacional medidas contundentes contra Moscú. El gobernador Vadim Filashkin denunció un acto de terrorismo puro, no militar.
Periodistas confirmaron el traslado de 13 cuerpos a un depósito en Donetsk, mientras familiares lloraban a las víctimas. Entre los heridos se encuentra una cartera hospitalizada tras el ataque.
La Fiscalía General de Ucrania abrió una investigación por crímenes de guerra, en un contexto de intensa presión militar, donde Rusia controla el 79% de Donetsk y supera a las tropas ucranianas.
El ataque ocurre días después del mayor bombardeo contra Kiev, que dejó al menos cinco muertos. Estados Unidos y la Unión Europea buscan reforzar sanciones contra Moscú.
Donald Trump intenta posicionarse como mediador en el conflicto, aunque hasta ahora sus esfuerzos diplomáticos no han generado avances concretos.

